Desde la humildad
de mis limitadas condiciones
me gustaría regalarte el espacio
para gritar
el cetro y el poder
del último de los reyes
un despertador que llore libertad
el traje que te vista
con mis fugaces compañías
y sin embargo
angustiado de motivos
para dudar para llorar
lo único que me queda
es un poema sin pasado
y el saludo que cruzamos a diario
sabiendo que todo lo demás
ya está dicho
lunes, 8 de diciembre de 2008
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